jueves, 26 de julio de 2012
Cap.III (Historias del pasado.)
30 de octubre de 2020 20:00hrs.
Mercado de tablas,Miravalle, Guadalajara
El vehiculo del equipo de eliminacion como ellos se hacian llamar era mucho mas apto para los hostiles caminos secundarios que nos llevaron hasta Guadalajara, yo pense que iriamos a alguna base militar que hubiera sobrevivido pero en cambio nos detuvimos enfrente del mercado de tablitas como lo habia oido llamar algunas veces,el edificio (que estaba a un centenar de metros de la casa de mis abuelos en Miravalle) no se parecia en nada ya al que recordaba de mi infancia, estaba fortificado y se utilizaba una cancha de futbol bardeada como garage, baje del vehiculo y ayude a bajar a Jessica, su padre y Emmanuel bajaron de la parte delantera del vehiculo blindado, pronto Antonio alzo la voz.
-Hija, Emmanuel y yo nos encargaremos de bajar las proviciones tu instala al superviviente y asegurate de que cumple con los pasos de descontaminacion-
Yo mire mi ropa manchada de sangre y mis botas gastadas y bromee con la joven mientras la acompañaba al interior.
-No crei oler tan mal-
Ella se rio y me dijo
-No te lo tomes a pecho, pero debes bañarte y asegurarte de no tener mordidas o rasguños, soy aprendiz de paramedico, pero si quieres puedo llamar a un medico hombre para que te revise-
Yo estaba pesandolo seriamente pero decidi confiar en ella pensando que quisa estaria menos dispuesta a darme un tiro si me habian infectado.
-No es necesario revisame tu si no te molesta-
Su mirada cambio por completo ahora parecia calida pero profecional, como una doctora de muchos años.
-No tengo problema-contesto y señalo una camilla en un cuarto aislado del resto con cristal antibalas tintado- metete ahi y quitate la ropa-
Sin mas opcion me sente en la camilla y me desvesti dejandome solo lo mas imprecindible.
-Bien-dijo revisando mi piel milimetro a milimetro y lavando de vez en cuando un raspon con una esponja para asegurarse que solo fuera eso-pareces limpio, puedes ir a bañarte las regaderas estan al final del pasillo, en la otra puerta ahi ropa limpia y rastrillos.
Hasta ese momento no habia notado la barba de varios dias que llevaba, me bañe rapido pero no sin disfrutar de ello, por alguna extraña razon el complejo conservaba agua caliente y fue una bendicion para mis fatigados musculos, al salir me rasure y busque ropa de mi talla, toda era igual jeans y camisetas grises, al salir del cuarto Jessica me esperaba ya sin el traje de combate, el atuendo le sentaba mejor a ella, pues de ceñia a sus formas de una manera perfecta.
-Espero que te haiga sentado bien el baño, ven, te asignare un cuarto-
-La verdad me cayo de maravilla, ¿somos muchos aqui?-
-Quedamos 14 bueno 15 ahora contigo, eramos una treintena cuando comenso la crisis, la bases militares fue lo primero en caer, tuvimos suerte de lograr llegar aqui-
Llegamos a la puerta de mi cuarto y solo atine a decir.
-Gracias Jessica, por salvarme y por todo esto.
-De nada es un gusto tenerte entre nosotros-
Dormi unas 4 horas de un tiron eran cerca de la una de la mañana cuand me desperto una suave voz en la puerta.
-Gustavo estas dormido-
-No, pase- por suerte siempre dormi vestido un recuerdo de mis tiempos de estudiante en que de levantaba 5 min antes de salir.
Era Jessica, entro en cuarto y se apoyo en la puerta.
-Quieres ver que no me he convertido en una bestia rabiosa- dije claramente en broma.
-No, solo es que no puedo dormir y quisiera saber algo mas de ti, cuentame tu historia-
Dude un largo momento.
-No querrias saberlo, es algo de pesadilla-
-No puede ser peor que la mia-
-Un trato, cuentame la tuya y yo te contare la mia-
-Hecho, la verdad es que no es tan mala pero si triste, antes de la crisis vivia con mi madre y mi padre estaba en el DF como oficial de alto rango, cuando la crisis comenso insisti a mi madre que fueramos a buscar a mi padre, ella se puso furiosa ya sabes como todas las ex-esposas y me dijo que no habia nada que buscarle, al poco tiempo llegue de la universidad y encontre a mi madre sobre un hombre devorandole, me encerre en mi cuarto y busque entre mis cosas la pistola que mi padre me regalo al final cuando mi madre logro romper la puerta tuve que dispararle, no recuerdo cuando jale el gatillo solo cuando se me acabo el cargador, pase unos dias en lo que quedaba de mi casa hasta que mi padre me rescato-
Ella habia comensado en sollozar y me senti mas basura de lo habitual,
-Sientate- le ofreci asiendole sitio en la cama, que aunque pequeña bien cabiamos los 2.
Ella lo hizo y se calmo un poco, yo comense a hablar.
-Yo soy genetista, trabaje para los estados unidos en un proyecto secreto con el fin de crear un supersoldado, fuimos nosotros los que descubrimos el suero num.1 antesesor genetico del virus Abaddon, mi equipo se nego a mejorar el tipo 1 y por eso es que se lo encargaron a novatos que crearon la aberracion que vez en las calles-
Cuando termine ella me miro impactada, el dolor en sus ojos me traspasaba el alma, el saber que hice sufrir tanto a esa bella joven me hacia querer ponerme el arma en la sien y mandar mi maldito cerebro contra las paredes.
-Entonces tu eres responsable de esto- dijo dolida al tiempo que me daba un bofetada con todas sus fuerzas
Ni siquiera me lleve la mano a la mejilla, ni casi senti el golpe solo conteste.
-Si en parte-
-Maldito- alcanze a oir entre sus sollozos mientras me golpeaba el pecho con las manos cerradas.
Sin hacer caso a sus golpes o palabras la abrace para consolarle y despues de un momento apenas y se debatia entre mis brazos, mis ojos tambien lloraban, cuando nos quedamos dormidos, si por la mañana decidia decirle a todos y fusilarme no me resistiria y lo negaria, que bien merecido lo tengo.
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